Los Crucifijos de las casacce
Génova

Peregrinos
de Esperanza

La tradición de los Crucifijos  son una expresión de religiosidad popular propia de la región de Liguria, al noroeste de Italia.

Las cofradías (llamadas allí casacce), portan estas imágenes de Cristo en la Cruz en peregrinaciones y festividades religiosas.

La celebración destaca por el vistoso exorno de las cruces y el esfuerzo de los cristezanti, que portan de manera solitaria, por turnos, la imagen del Crucificado.

Será una de las expresiones protagonistas de la Preprocesión.

Propio de Génova y su entorno, las casacce (que es como se llaman en la región de Liguria a las cofradías) procesionan en determinadas fiestas del calendario religioso a sus Cristi: crucifijos de tamaño natural -o algo menores- que son portados por una única persona: el cristezante. Existen varios cristezanti por cofradía, que se turnan en el difícil menester de llevar al Cristo erguido, en todo un alarde de equilibrio.

Estos Crucifijos no serán los únicos elementos procesionales de estas casacce, que también suelen venerar grupos escultóricos relacionados con santos y advocaciones a las que están consagradas.

Uno de los escultores más destacados de estos iconos será un genovés que guarda singular vinculación con el Cádiz dieciochesco: se trata de Anton María de Maragliano (1664-1739), autor de numerosas obras en el entorno gaditano.

Los Crucifijos de las casacce destacan por su deslumbrante decoración. Cada cofradía se dedica a exornar las cantoneras de las cruces con vistosos remates labrados en hojas plateadas, con diseños a cada cuál más exótico y vibrante, que además aportan un peculiar sonido a causa de su cimbreo en el momento de ser portadas. Asimismo, las imágenes lucen vistosas potencias, aureolas y faldillas o paños de pureza con ricos materiales metálicos y textiles.

Recorrido de la procesión

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